miércoles, 6 de junio de 2007

Visiones


Todos sabemos que los tacheros son unos estúpidos. No nos hacen falta las demostraciones, así que el irónico “ah, no me había dado cuenta de que son diez pesos nomás” después de que él, al pedirme si no tenía un billete más chico (la tarifa era de tres con ochenta, y lo que le molestaba era desprenderse de las monedas, o sea que si le hubiera dado un billete de cinco no le hubiera servido de mucho) yo le respondiera “pero si son diez pesos, nomás”.
Mi falta de reacción (que no se justificaba simplemente porque estuviera borracho, puesto que sobrio habría hecho lo mismo) muestra mi profundo egoísmo: debería haberlo liquidado allí mismo, sin dilación, y le hubiera ahorrado un trámite a la humanidad. Pero claro, entre la cárcel y la inoperancia futura del taxista en mi vida, aún siguiendo éste vivo, prefería la inoperancia. Soy incapaz de hacer un sacrificio.

Venía de una fiesta. Supongo que para sus organizadores era un éxito, pero yo me esperaba otra cosa. Me había vestido acorde a la situación imaginada: camisa de transparencias árabes, pantalón vaquero celeste claro, y una polera-pulóver blanca completaban junto a mi discreto cinturón de guarda pampa celeste, blanca y marrón y mis zapatos marrones. Aquellos alimentos estaban preparados para lo que yo creía sería una fiesta culta, cosmopolita, divertida en su eterna variedad y contrastes, y sobre todo en la cual esperaba encontrarme con varias personas, entre ellas la Persona Amada, cuyo rostro se me aparecía sonriente y azulado por el fulgor de sus ojos.
Fue una amarga decepción. Apenas me encontré con la interesante ex novia de un amigo, con la cual obviamente me costaba un poco intentar algo, y con mis ex vecinos, a los cuales realmente detestaba. Mi única conquista amorosa resultó ser una mina a la cual no le faltaría gracia si no tuviera diez kilos de más y el cráneo tan macizo que, sin llegar a ser el de un hombre travestido, resultaba sospechoso y perturbador. Decidí, a pesar de mi estado levemente etílico, no trasuntar más que levemente por aquél camino irremediablemente perdido, desde su misma elección. Por otro lado, la música era un asco: cumbiancha vieja y apolillada y algún que otro deleznable interpretante de música “barrial”, absurdo, estúpido y apasionado.

Llegaría a mi casa, como siempre, temiendo que algunos osados ladrones hubieran roto los delgados vidrios que protegían su intimidad y se hubieran llevado todo, o que incluso aún permanecieran allí y me atacaran, pero la realidad es siempre más decepcionante, y lo único que me encontré fue a mi perra, que me saludaba con un entusiasmo febrilmente canino y dañino.
No es que no la quiera, simplemente creo un error haberla adoptado, puesto que esto crea un vínculo permanente entre mis aposentos y yo, al deber yo volver siempre a mi casa con el único fin de alimentarla y pasearla. Además sus garras son afiladas y tiene la tendencia a lastimar dolorosamente a sus objetos de cariño en su atropellado frenesí de ternura.

Finalmente llego aquí, frente a la computadora. Me creo un escritor, pero verdaderamente eso no significa nada. Es, como mi existencia toda, una banalidad estúpida y superflua pero que causa un intenso placer.
Caliento una buena cantidad de agua y me dispongo a consumir, en mi taza nueva, una cierta delicadeza de consumo de la cual me siento muy orgulloso: un té Earl Gray, el cual suplantaba momentáneamente al Lapsang Souchong. Empiezo a escribir palabras sin sentido alguno: visiones, remembranzas, pensamientos, reflexiones, recuerdos reales e imaginarios. Lo único que queda es estetizar la vida. Luego no hay nada, pero hay que ser cuidadoso, pues por hacer una historia interesante dejamos entrar cosas que en realidad no deberían existir. Y eso mismo le quitaría el valor elitista y trascendental a los hechos humanos.


Stephanos kai...


5 comentarios:

Luvi Torres dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Luvi Torres dijo...

JAJAJA. LO EDITO PORQUE NO PUSE PTO. Y APARTE; NO ME PUEDO PERMITIR ESO EN EL BLOG DE ERECHEL.

"(...)pero hay que ser cuidadoso, pues por hacer una historia interesante dejamos entrar cosas que en realidad no deberían existir. Y eso mismo le quitaría el valor elitista y trascendental a los hechos humanos." Qué locuraaaaaaaaaaaaaa!!!

>Me gustaría saber el precio de las infusiones que estás hablando ya que donde quiera que vaya llevo un saquito de té y correspondiente taza, y siempre estoy dispuesta a hacerme unos minutos pa' tomarme un té... Ya tengo ganas de probarlo!
Acabo de averiguar:

"Earl Grey tea was the favourite tea of Douglas Adams, author of The Hitchhiker's Guide to the Galaxy series.[1] It was also the favourite drink of Grant McLennan, of the band The Go Betweens.
Fictional characters who prefer Earl Grey tea include Jean-Luc Picard of Star Trek: The Next Generation, Dr. Donald "Ducky" Mallard of NCIS, Dr. Arroway in Contact, Artemis Fowl of the Eoin Colfer books, Piglet, Sir Leigh Teabing from the Da Vinci Code, Bruce Wayne in the comic book series Batman, and James Bond.
"Weird Al" Yankovic, on the track "White & Nerdy" from his 2006 album Straight Outta Lynwood mentions Earl Grey tea as the white and nerdy alternative to the gangsta's 40" (Wikipedia)

Qué importante es el té!


Beso.
Seguí escribiendo. Yo me comprometo a leerte, jaja...

Estebon dijo...

El Eearl Gray es un té fácilmente conseguible, y no muy caro ($5-$6 la caja con cincuenta sobres). En un supermercado grande lo buscás, y aparece el Taragüí internacional. Con respecto al Lapsang, son dos guitas aparte, pero vale más o menos lo mismo, y de la misma marca. Lo de elitista y trascendental es un juego dialéctico. No considero que haya valoraciones positivamente válidas, así que se referiría más o menos a "lo que me parece mejor a mí". En fin, ya nos estaremos conectando más seguido, espero

Fasio dijo...

Linda peli la de Eterno Resplandor, el cuento lo lei que me lo mandaste vos asi que ni a palos lo leo de nuevo :P (waa re mala la flaca),

Bueno sin mas comentarios...
5-mentarios...

Bessssossss

Salu2!

CeleS

Anónimo dijo...

El principio del fin de todo fotolog es darle más importancia a lo que uno hizo en el día que a los acontecimientos mundiales más importantes, caso: la muerte del chancho más grande del mundo. Pero esto no es un fotolog.